lunes, 23 de noviembre de 2009

Actuar correctamente para vivir eternamente

homenaje a Ana Milena Quintero

Por: Angélica Fresneda

Ante la muerte de un ser querido, de un amigo o simplemente de una persona conocida, quizá lo mejor sea recordar las experiencias vividas, los momentos compartidos o todas aquellas cosas buenas que esa persona aporto a nuestra vida.

Es tiempo de pensar y reflexiona......… La vida es tan impredecible que nunca sabremos en que momento sonreiremos y porque al instante lloraremos. Jamás comprenderemos porque sin sacrificios nunca obtendremos victoria o simplemente no entenderemos cuanto tiempo tendremos para vivir, si el necesario para disfrutar de buenos momentos y para sonreír con quienes queremos o el indeseable momento de llorar por quienes nos hacen sufrir. Pero, ¿Todo en la vida es malo? Nuestras familias dispuestas a brindarnos el amor necesario para luchar contra las adversidades, nuestros amigos resultado de las mejores experiencias vividas en el colegio o sencillamente los privilegios de los que gozamos: hogar, vivienda, alimento, educación y muchas cosas más que pocos poseen, pero que quienes lo hacen, en ocasiones las desaprovechan.

Pero, ¿Para qué dedicar nuestra corta o larga vida a descifrar estos misterios? ¿Por qué no simplemente nos esforzamos en actuar de la mejor forma posible, en luchar por nuestros sueños, en tener buena relación con los demás y en dejar un bello recuerdo en la memoria y el corazón de aquellos que nos quisieron y que fueron testigo de nuestro deseo de progreso?

Hoy, con mucha alegría es necesario hacer un reconocimiento a una mujer joven y con una belleza única quien con su presencia alegro y alegrará para siempre la vida de las personas con las que convivo; Ana Milena Quintero es el vivo ejemplo de superación que todos deberíamos seguir.

Ella, en su corta edad tuvo la madurez necesaria para enfrentar cada una de las pruebas y obstáculos que la vida ponía en su camino, demostrando así que valientes no es aquel que nunca se cae, por el contrario es la persona que cae y con esfuerzo se pone nuevamente en pie.

Ella siempre se mostró con la personalidad autónoma y emprendedora que muchos necesitamos, pero que muy pocos poseemos, supo elegir entre los que era conveniente para ella y lo que perjudicaría su interés por triunfar y salir adelante.

La pureza en sus sentimientos y la transparencia de su actuar hicieron que muchos la recordemos con aprecio y admiración.

"Ella a pesar de su enfermedad y de su condición siempre buscó hasta el último momento superarse y ante todo la mantuvo ese afán por cumplir con sus responsabilidades sin importar las circunstancias.

Su respeto, compromiso, disciplina, colaboración, tolerancia y muchas acciones más marcaron la trascendencia que Ana Milena dejó en los dos años y medio de paso por nuestra institución", resaltó la profesora Dioselina Quintero.

"Durante el tiempo que compartió en el colegio con sus compañeros y profesores actuó con respeto y responsabilidad como un ser dotado de grandes valores, consciente de su misión en la tierra. Se fue pero a todos nos dejó un ejemplo de su don de gente y de buena ciudadana".

Estas son las palabras con las que responde el profesor José Luís Orozco ante la percepción que tuvo sobre Ana Milena.

Pero no sólo los maestros la recuerdan con mucha alegría. Sus amigos son quienes tienen el más bello recuerdo de su paso por la vida. "Hoy que no estas aquí nos damos cuenta que eres un ejemplo a seguir, fuiste una gran mujer y la mejor de las amigas. Siempre mostraste fortaleza, amor y muchas cualidades mas que he te harán inmortal. Te agradecemos por la invaluable amistad que nos brindaste y por la imborrable huella que dejaste en nuestro corazón" Agregó Astrid Valencia (Estudiante del grado 1005)

Como no recordar el valioso significado de su amistad, sus infinitas cualidades o el espíritu líder que ella siempre mostró mientras promovía actividades o eventos que aportarían a la integración y resolución de los conflictos de la familia gustavina, de quien es digna representante, porque un gustavino debe ser una persona valiente, capaz, emprendedora y con un gran corazón que este siempre dispuesto a abrirse a los demás.

Ana Milena no ha muerto, sus restos descansan en el cementerio, su alma está con Dios y su corazón permanecerá por siempre con las personas que la conocieron, la apoyaron constantemente y tuvieron la fortuna de compartir con ella gratos momentos.

La familia gustavina siempre te recordara con alegría, por lo que fuiste y por lo nos hiciste ser mientras compartimos contigo, seguiremos tu ejemplo actuando correctamente para vivir Eternamente.

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